Tan remordimiento
náusea
infinito
este suicidio que
aunque le lime las uñas a la mañana
el sol me sigue pareciendo áspero,
todavía no aprendo a disputarle una riña
cuando me golpea la ventana
más,
ni hablar de los crujidos y sus puertas,
de la humedad y sus paredes,
de las sombras y sus cielorrasos,
y otros tantos desafíos.
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Me había olvidado de mi Habitación 7. Debe ser de lo menos desafortunado que hay publicado en mi blog. Le agradezco que lo haya mencionado porque me obligó a que volviera a él. "Tan", que manera rara de empezar su poema, me atrajo apenas abrí su blog. Eso de limarle las uñas a la mañana es excelente.
ResponderEliminarTengo miedo de que mi pesimismo equivoque los destinos de este poema, me llevo los eternos desafíos: los suicidios de lo simple y lo complejo. Nos debemos una presencia...