miércoles, 8 de abril de 2009

Círculo de las Bermudas

Es que son circulares las perlas y tus ojos,
el punto donde se funden nuestras glorias
en uno de los pocos finales que se desean.
Son redondas las palmas de tus manos,
las yemas de tus dedos,
el lunar en tu espalda,
la garganta, el eco, la voz.

Es redonda la taza donde se desbarranca el café y su perfume,
el disco de una jazzuela y sus cuantas mañas,
el sol que perfora la nieve
la luna provocadora de lobos,
las o del otoño,
las lágrimas destiñendo la hoja.
Lo es la boca del arma y su seducción.

Es redonda la esquina donde se pierde tu cuerpo
aunque a veces olvide su sombra.
El perfecto semicírculo de mi cintura arrugada,
cuando me vuelvo Colón en tus tierras nada vírgenes,
y pienso en círculo la máxima redención.

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