viernes, 29 de mayo de 2009

para justificar la lluvia

.

Dejar que llueva
que se destiña la nostalgia,
que se hagan confidentes los paraguas
al rozar de sus perfiles,
que el olor a pasto mojado
me rebalse el alma,
que la tierra húmeda me invite a
garabatearle huellas
y que las raíces,
frágiles
se abracen bajo la tierra.

Dejar que llueva
aunque se multipliquen las horas,
declararles la guerra con
chocolate caliente
o darle tregua con
un simple té.

Esperar el húmedo anochecer.
Detener el reloj de arena.
Jugar a la escondida con tu sombra
y dejarme vencer.

Dejar que llueva
para templarte el alma y
tener que desnudarte,
desafiar el viento con el trópico de los cuerpos
y ese frío de la lluvia,
por calor.

Dejar que las pestañas se mojen, hasta
caerse los párpados,
calcular la frecuencia de las gotas
y amarnos a su ritmo.


Dejar que llueva
que se sumen más charcos, allí
afuera
aquí
nosotros
nos estamos secando.

martes, 26 de mayo de 2009

llueve

.

Llueve.
Espero a que el olor me atraviese los poros,
me puntee la garganta.

La luz se escapa.
Amenaza con huir por las rendijas del asfalto
para llevarse consigo un mundo,
expectante.
Somos dos.

Disimulo.
Camino hasta que las rodillas me pesan y se doblan.
No quieren ser testigo de la danza con la que se presenta la completa oscuridad.
Ya no puedo levantarme
y ahora me llueve en las mejillas las ganas truncas de bailar con ella.


martes, 12 de mayo de 2009

FRÍO

.





Para tomar café a manotazos
Para extrañarte entre los senos
Para que me queme la garganta
el vino que no tomamos

¿Para eso se ha hecho el frío?

Y que amanezca con la noche en las pestañas
Y que las horas duelan largas
Y que los vacíos tengan más espacios

Para que amenace la asfixia del sudor
empañado
Para que el silencio
gris
tiña las siestas

Para que me perfore la piel el perfume del tabaco
Y que las plazas sufran el exilio
Y que haya en los bares sólo lugar para un alfiler
y no entren más acongojados

Que los suspiros se congelen
antes de llegar a tu cuello
Que con el hambre de sus mediodías
la angustia baile en el salón de las entrañas

Y presenciar,
mientras se congelan las ganas,
cómo se me desatan los cordones del alma
y huyen los pájaros
y se quedan los cuervos.

miércoles, 6 de mayo de 2009


tira el vaso de ginebra de la mesa de noche
el vaso vacío de whisky pero con ginebra
lo tira dormido
el vaso vacío de ginebra
de anoche
cae boca abajo y estalla
y pierde su forma y cambia de forma
despierta el que tira el vaso de la mesa de noche
no puede pisar no puede saltar de la cama
busca un papel y barre un camino
donde escapar descalzo del sitio sitiado
por granza de vidrio
trae una escoba y barre el vaso de vidrio molido
contra un rincón junto a una
cortina
apoya la escoba
se vuelve a tirar en la cama
y vuelve a dormirse
pero esta vez
no sueña


. JUAN LóPEZ










ojalá también pudiera
retratárselos
recitando poemas
recitando silencios
y a sus dedos
directores de orquesta
incitando a bailar el pecado
de la lujuria en sus musas