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Me interceptó el diablo en sus ojos
y yo dejé que me declaren la guerra
en su espalda sin paz
la noche siguió
sicodélica
obnubilándome en sus lunares
como joyas apagadas
incitándome a beber el veneno letal
de su cuello transpirado
y hacia el sur
su descarga a quemarropa
su ola rompiéndose en mi piedra nunca inmaculada
y la soledad anunciándose en la puerta
del suspiro que llega a su final
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como soy muy poco amigo de las felicitaciones intrascendentes no me gustaría decirte "qué buen blog!" o "qué copado lo que hacés!" sin antes pegarme un buen paseo por estas latitudes...
ResponderEliminarpor lo pronto, muchas gracias por seguir mi blog
D